Los escándalos relacionados con homosexualidad extrema, actos de sadismo, pedofilia y orgías parecen ser el pan de cada día en la iglesia católica universal del Vaticano. Hoy 7 de marzo estalla otro escándalo relacionado con el pago del servicio regular de orgías homosexuales a cowboys incluso dos veces al día, incluyendo en el escándalo a sacerdotes jóvenes como de altos cargos.
Situaciones embarazosas, las cuales se ha intentado ocultar a como dé lugar. Por ahora es un hecho que los funcionarios públicos y los sacerdotes jóvenes han sido encargados de llevar a cabo tales orgías, lógicamente dinero, mucho dinero ha jugado un papel preponderante para que los secretos no salgan al estrado público.
La historia de la Iglesia Católica universal está llena de truculencias y actos de una extrema gravedad, impropia de los que se autocalifican vicarios de Cristo o de Pedro, cuando en realidad son sucesores de un sacerdocio pagano y satánico, que ya hemos denunciado antes, el Vaticano sigue el culto a los antiguos dioses anunnakis de la antigua Babilonia y Sumeria, donde este tipo de actos eran de lo más normal.
Muchos de los sacerdotes y papas eran tan depravados en sus acciones que los que no profesaban ninguna religión ni creencia, se avergonzaban de ellos. Pecados como el adulterio, la sodomía, la violación, pedofilia, el asesinato y el abuso extremo del alcohol, han sido cometidos por muchos papas a través de la historia y consecuentamente ningún papa ha pedido perdón por el pasado ni ha renegado de esas prácticas detestables.
El papa Sergio II por ejemplo, reinó del 904 al 911, obtuvo la oficina papal por medio del asesinato. Los anales de la Iglesia de Roma hablan sobre su vida en pecado con Marozia, una conocida prostituta de esa época, quien le engendró varios hijos ilegítimos. Este papa fué descrito como un «monstruo» y por Gregorio como un «criminal aterrorizante». Dice un historiador: «Por espacio de siete años este hombre ocupó la silla de san Pedro, mientras que su concubina, imitando a Semíramis madre (la diosa anunnaki Ishtar, Isis, Inanna), reinaba en la corte con tanta pompa y lujuria, que traía a la mente los peores días del viejo Imperio».
Y así, comenzando con el reino del papa Sergio, vino el período (904-963), conocido como «el reinado papal de los fornicarios». Teodora hizo papa a Juan X (914-928). Este había sido enviado a Ravena como arzobispo, pero para satisfacer sus deseos carnales, lo hizo volver a Roma y lo hizo nombrar papa. Su reinado tuvo un fin súbito, cuando Marozia lo asesinó. Marozia quería deshacerse de Juan X para, de esta manera, poder llevar a León IV (928-929), al oficio papal. Su reinado fué muy breve, pues éste también fué asesinado por Marozia cuando ella se enteró de que este había entregado su cuerpo a una mujer más descarada que ella. Poco después llevó a su propio hijo ilegítimo (de Sergio III) al trono papal. ¡El muchacho era todavía un adolescente! Tomó el nombre de Juan XI. Pero durante un altercado con los enemigos de su madre fue azotado y puesto en prisión, donde lo envenenaron y murió.
En el año 955 el nieto de la prostituta, después de varios encuentros sangrientos pudo tomar posesión del trono pontificio bajo el nombre de Juan XII. Él hizo prender fuego a varios edificios, bebió un brindis dedicado al demonio, jugó a los dados e invocó la ayuda de los demonios, obtuvo dinero por medios injustos y fue enormemente inmoral. Levantó la ira del pueblo al convertir el Palacio Laterano en «una casa de prostitución pública» y fue descrito por el Liber Pontificalis con las siguientes palabras: «Pasó toda su vida en adulterio». Finalmente, su vida terminó mientras cometía adulterio: el furioso esposo de la mujer con las que copulaba, lo mató.
El papa Bonifacio VII (984-985) mantuvo su posición a través de cuantiosas distribuciones de dinero robado. El obispo de Orleans se refirió a él (y también a Juan XII y León VIII), como «monstruos de culpabilidad, llenos de sangre y suciedad», y como «Anticristos sentados en el templo de Dios».
Muchas preguntas están en el aire, aunque interiormente conocemos las respuestas, por qué una iglesia tan corrupta sigue siendo tan respetada? con qué dineros pagan sus actos de orgías y prostitución? Que no nos extrañen pues hoy en día los escándalos que oímos a diario.
Hay mucho lobo con piel de oveja y mucha oveja a merced de los lobos, y es ese linaje corrupto el que rige la espiritualidad del mundo. Hay que desenmascarar el mal donde quiera que él se halle, así sea en la tan amada iglesia católica, apostólica, romana, ecuménica, babilónica.
No se dejen engañar, ésta iglesia ecuménica universal satánica es la religión que cubrirá a todos, es la religión del nuevo orden mundial que pronto anunciará la venida de nuestros hermanos venidos de las estrellas, sus dioses anunnaki.
Situaciones embarazosas, las cuales se ha intentado ocultar a como dé lugar. Por ahora es un hecho que los funcionarios públicos y los sacerdotes jóvenes han sido encargados de llevar a cabo tales orgías, lógicamente dinero, mucho dinero ha jugado un papel preponderante para que los secretos no salgan al estrado público.
La historia de la Iglesia Católica universal está llena de truculencias y actos de una extrema gravedad, impropia de los que se autocalifican vicarios de Cristo o de Pedro, cuando en realidad son sucesores de un sacerdocio pagano y satánico, que ya hemos denunciado antes, el Vaticano sigue el culto a los antiguos dioses anunnakis de la antigua Babilonia y Sumeria, donde este tipo de actos eran de lo más normal.
Muchos de los sacerdotes y papas eran tan depravados en sus acciones que los que no profesaban ninguna religión ni creencia, se avergonzaban de ellos. Pecados como el adulterio, la sodomía, la violación, pedofilia, el asesinato y el abuso extremo del alcohol, han sido cometidos por muchos papas a través de la historia y consecuentamente ningún papa ha pedido perdón por el pasado ni ha renegado de esas prácticas detestables.
El papa Sergio II por ejemplo, reinó del 904 al 911, obtuvo la oficina papal por medio del asesinato. Los anales de la Iglesia de Roma hablan sobre su vida en pecado con Marozia, una conocida prostituta de esa época, quien le engendró varios hijos ilegítimos. Este papa fué descrito como un «monstruo» y por Gregorio como un «criminal aterrorizante». Dice un historiador: «Por espacio de siete años este hombre ocupó la silla de san Pedro, mientras que su concubina, imitando a Semíramis madre (la diosa anunnaki Ishtar, Isis, Inanna), reinaba en la corte con tanta pompa y lujuria, que traía a la mente los peores días del viejo Imperio».
Y así, comenzando con el reino del papa Sergio, vino el período (904-963), conocido como «el reinado papal de los fornicarios». Teodora hizo papa a Juan X (914-928). Este había sido enviado a Ravena como arzobispo, pero para satisfacer sus deseos carnales, lo hizo volver a Roma y lo hizo nombrar papa. Su reinado tuvo un fin súbito, cuando Marozia lo asesinó. Marozia quería deshacerse de Juan X para, de esta manera, poder llevar a León IV (928-929), al oficio papal. Su reinado fué muy breve, pues éste también fué asesinado por Marozia cuando ella se enteró de que este había entregado su cuerpo a una mujer más descarada que ella. Poco después llevó a su propio hijo ilegítimo (de Sergio III) al trono papal. ¡El muchacho era todavía un adolescente! Tomó el nombre de Juan XI. Pero durante un altercado con los enemigos de su madre fue azotado y puesto en prisión, donde lo envenenaron y murió.
En el año 955 el nieto de la prostituta, después de varios encuentros sangrientos pudo tomar posesión del trono pontificio bajo el nombre de Juan XII. Él hizo prender fuego a varios edificios, bebió un brindis dedicado al demonio, jugó a los dados e invocó la ayuda de los demonios, obtuvo dinero por medios injustos y fue enormemente inmoral. Levantó la ira del pueblo al convertir el Palacio Laterano en «una casa de prostitución pública» y fue descrito por el Liber Pontificalis con las siguientes palabras: «Pasó toda su vida en adulterio». Finalmente, su vida terminó mientras cometía adulterio: el furioso esposo de la mujer con las que copulaba, lo mató.
El papa Bonifacio VII (984-985) mantuvo su posición a través de cuantiosas distribuciones de dinero robado. El obispo de Orleans se refirió a él (y también a Juan XII y León VIII), como «monstruos de culpabilidad, llenos de sangre y suciedad», y como «Anticristos sentados en el templo de Dios».
Muchas preguntas están en el aire, aunque interiormente conocemos las respuestas, por qué una iglesia tan corrupta sigue siendo tan respetada? con qué dineros pagan sus actos de orgías y prostitución? Que no nos extrañen pues hoy en día los escándalos que oímos a diario.
Hay mucho lobo con piel de oveja y mucha oveja a merced de los lobos, y es ese linaje corrupto el que rige la espiritualidad del mundo. Hay que desenmascarar el mal donde quiera que él se halle, así sea en la tan amada iglesia católica, apostólica, romana, ecuménica, babilónica.
No se dejen engañar, ésta iglesia ecuménica universal satánica es la religión que cubrirá a todos, es la religión del nuevo orden mundial que pronto anunciará la venida de nuestros hermanos venidos de las estrellas, sus dioses anunnaki.
Comentarios
Publicar un comentario